24/04/2011
Con un enérgico reclamo de restitución de tierras, el reconocimiento político de la Nación Guaraní, el fin de las muertes y el rechazo al Bicentenario, cierra hoy
el II Encuentro de la Nación Guaraní en Jaguatí, Amambay.
II Encuentro de la Nación Guaraní. Foto: Gentileza Secretaría Nacional de Cultura
Por Miguel H. López
En una declaración participada de 5 hojas, los cerca de 1.500 delegados nativos guaraní de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay, ratificaron sus reclamos históricos
y dejaron saber que comienzan a fortalecerse para recuperar derechos y territorialidad perdidos.
"El territorio y todo lo que en él existe son derechos fundamentales a los que no renuncia ni renunciará la Nación Guaraní porque es parte de su existencia", expresa
parte del documento leído y aprobado por aclamación por el pleno del II Encuentro convocado pro la secretaría Nacional de Cultura y organizado por el Consejo Guaraní
Paraguay.
Aparte de señalar la naturaleza pacífica de los pueblos guaraníes, el Congreso expresó su reclamo a los gobiernos para poner fin a las fronteras agrícolas, la soja
transgénica y los agrotóxicos "que destruyen y envenenan todo".
Asimismo, reclaman autonomía pedagógica que permita a los pueblos originarios definir sus modelos pedagógicos dentro del respeto a su lengua, usos y espiritualidad;
así como la incorporación de sus ancianos y ancianas como maestros reconocidos por ser depositarios de sabiduría milenaria.
En todos los casos, exigen "la consulta y participación permanente y oportuna" para la elaboración y sanción de leyes; así como para la prospección y explotación
de hidrocarburos y otros minerales.
El reclamo guaraní también apunta a que los gobiernos d elos países con comunidades guaraníes respeten las leyes y tratados, en especial el convenio 169 de OIT de
protección a los pueblos originarios.
Otro pasaje de alto contenido político fue la reivindicación y la exigencia de respeto a la autonomía y la libre determinación de la Nación Guaraní reivindicando
su "derecho colectivo a decidir cómo vivir, cómo aplicar nuestras pautas y normas y cómo desarrollarnos".
A los gobiernos del Mercosur exigen el reconocimiento político de la Nación guaraní y el libre tránsito con un documento de identidad transterritorial.
Reclaman la indemnización a las comunidades afectadas por todos los casos en los que los no indígenas por "el uso, explotación y destrucción de la tierra y de otros
recursos naturales de los territorios y tekoha". Asimismo, hacen un reclamo de garantía y demarcación de sus tierras conforme dispone el derecho consuetudinario.
Hicieron un llamado a los Estados a poner fin "a la criminalización de los pueblos originarios y el cese de la persecución y muerte" de sus "hermanos y líderes".
Al tiempo de reclamar "justicia en todos los casos de detención, desaparición y muerte" más "juicio de responsabilidad penal y civil a los asesinos y criminales
que atentaron o atenten contra cualquier miembro de la Nación Guaraní y sus organizaciones".
Exigieron respeto y protección a su patrimonio cultural material e inmaterial ante posibles personas o empresas que patentan saberes milenarios robando derechos
colectivos.
Otro punto aplaudido fue el reclamo de respeto y declaración de la lengua guaraní como idioma oficial en los países ubicados sobre la territorialidad guaraní; así
como especial protección al acuífero Guaraní como recurso natural vital.
Un encarecido pedido elevaron también sobre la urgencia y necesidad de que los pueblos nativos accedan a fuentes de agua en condiciones saludables y de calidad.
Sobre el Bicentenario, el Encuentro Guaraní expuso que no es un acontecimiento para celebrar porque para ellos "solo fueron 200 años de despojo, discriminación,
humillación, avasallamiento, persecución, saqueo y muerte".